Tuesday, March 12, 2013

Welcome to Wonderland



The world thereby momentarily loses its depth and threatens to become a glossy skin, a stereoscopic illusion, a rush of filmic images without density. But, is this now a terrifying or an exhilarating experience?
Fredric Jameson. Postmodernism, or, The Cultural Logic of Late Capitalism.




It is not a surprise anymore. We are no longer that Renaissance creature positioned in the midst of the world and master of his destiny. That propositional being has run away.

We live hunted by cultural mirages that dictate our dreams, desires and chimeras. Frightened by the sense of the ending, we have been left abandoned to ourselves and there we are, sitting comfortably on the brink of the abyss, pushing our lives toward the latest flat-screen generation. However, we can still feel this deeply rooted Nothingness inside us, a reminder that we were once alive.

Rafael Lopez-Ramos (Cuba, 1962) has been always bent on deconstructing the ideological fallacy hidden behind the bread-and-circus, virulent strategy so dear to Western societies.

His present Wonderland series appropriates visual iconographies coming from the advertising world, intertwined by the artist in exuberant, meaningful palimpsests.
The recurrence to the female figure is crucial in this series. Echoing the long-standing tradition of ‘woman as object of desire’ that pervades not only the Fine Arts but also the entertainment industry, Lopez-Ramos creates an interesting counterpoint between High and Mass culture.
These deceiving Madonnas -most of them shown halfway through ecstasy and suspended on abstract expressionist backgrounds- invite us to surrender into a doubtful world of easy pleasures.

In Wonderland, there are no hierarchies. The most innocuous objects –icons of our daily life- coexist with heroes, politicians and legendary dragons among others, all of them amalgamated in an exuberant pastiche that embodies our contemporary society.
This idea is reinforced by the use of collage and the incorporation of objet trouvés (i.e. consumer goods’ containers and labels) that act as playful triggers.
Irony and kitsch are the two most thought-provoking resources in this series. Lopez-Ramos’ derisive approach is profoundly rooted in the extended sense of deception and decadence that ordinary people experience in our globalized world, where confidence and the sense of future become a delusion.

Janet Batet
Summer, 2012
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Bienvenido al País de las Maravillas
 
De esta forma el mundo pierde momentáneamente su profundidad y amenaza convertirse en una piel brillante, una ilusión estereoscópica, una avalancha de imágenes fílmicas sin densidad. Pero, ¿es estonces una experiencia terrorífica o estimulante?
Fredric Jameson. El posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo tardío.


Ya no es una sorpresa. Ya no somos esa criatura renacentista situada en medio del mundo y dueña de su destino. Ese hipotético ser se ha escapado.

Vivimos perseguidos por espejismos culturales que dictan nuestros sueños, deseos y quimeras. Asustados por el sentido de lo final, hemos sido abandonados a nosotros mismos y aquí estamos, cómodamente sentados al borde del abismo, viviendo en pos de la pantalla plana de última generación.

Sin embargo, todavía se puede sentir, profundamente arraigada en nuestro interior, esa nada que nos recuerda que alguna vez tuvimos vida.

Rafael López-Ramos (Cuba, 1962) siempre ha estado interesado en la deconstrucción de la falacia ideológica oculta tras la virulenta estrategia del "pan y circo", tan cara a las sociedades occidentales.

Su actual serie Wonderland se apropia de iconografías procedentes del mundo de la publicidad que el artista entreteje en exuberantes palimpsestos de significado.

La recurrencia a la figura femenina en esta serie es crucial. Haciéndose eco de la larga tradición de la mujer como objeto de deseo, tanto en las Bellas Artes como en la industria del entretenimiento, López-Ramos crea un interesante contrapunto entre la alta cultura y la de masas.

Estas engañosas Madonnas, la mayoría de ellas en medio del éxtasis y suspendidas sobre fondos abstracto-expresionistas, nos invitan a rendirnos a un dudoso mundo de placeres fáciles.

En Wonderland, no hay jerarquías. Los objetos más inocuos –iconos de nuestra vida diaria- conviven con héroes, políticos, y dragones legendarios, entre otros, todos ellos amalgamados en un pastiche exuberante que encarna nuestra sociedad contemporánea.

Esta idea se ve reforzada por el uso del collage y la incorporación de objetos encontrados (en su mayoría envases y etiquetas de bienes de consumo) que actúan como un detonante lúdico.

La ironía y el kitsch son los dos principales recursos que provocan el pensamiento en esta serie. La burlona aproximación de López-Ramos, está profundamente arraigada en el extendido sentimiento de decepción y decadencia que la gente común experimenta en nuestro mundo globalizado, donde la confianza y el sentido de futuro devienen una ilusión.

Janet Batet
Verano de 2012

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